martes, 14 de mayo de 2013

Pensamiento Pedagógico


PENSAMIENTO PEDAGÓGICO


Rol de la Educadora de Párvulos en Segundo Ciclo:

Creemos que el Rol que debe tener una Educadora de Párvulos en Segundo Ciclo de Educación Parvularia debe relacionarse con ser agentes mediadores y de cambio, encargados de trabajar junto a la comunidad educativa por y para los niños y niñas  entre 3 y 6 años tanto del país y del mundo, no excluyendo del proceso a sus familias o a cualquier figura significativa para los niños/as.  Son ellos quienes conocen  y manejan las herramientas pertinentes para intervenir en el  momento justo de sus estudiantes, conociendo a cabalidad cada realidad y utilizándola a favor de los procesos de enseñanza aprendizaje, provocando cambios prósperos y trascendentes no sólo en el área del conocimiento, sino que también en sus acciones de manera positiva desde la enseñanza integral.


Rol del estudiante en Segundo Ciclo:

-    Son agentes activos y protagonistas de su proceso de formación, requiriendo también cuidado  y estimulación constante, ya que cada día en ellos/as es tiempo valioso para trabajar en conjunto nuevos aprendizajes que permitirán fomentar su desarrollo integral y crecimiento. También son personas con derechos y deberes, no ajenos a la realidad en la que se ven inmersos. Cada mínimo detalle incide sobre sus procesos internos, lo cual puede marcar positiva o negativamente en su futuro.
-     Proceso de Aprendizaje:

Los niños y niñas en segundo ciclo deben adquirir aprendizajes que vayan desde lo más próximo hasta lo más lejano de manera significativa.  Estos deben estar vinculados con experiencias trascendentes en relación a su formación personal y social, comunicación y su relación con el medio natural y cultural.
-     Práctica Docente:

La práctica docente en segundo ciclo en función de cómo deben aprender los niños y niñas entre 3 y 6 años debe enfocarse en trabajar con aprendizajes considerando de manera holística tanto el desarrollo y crecimiento de los párvulos, con experiencias significativas que permitan potenciar su desarrollo integral a cada minuto, de tal modo que vuelvan permanentes y perduren tanto en la sala de actividades, como también en sus hogares, trabajando en conjunto con las familias y el resto de la comunidad educativa.  Por ende, la práctica docente debe ser activa, constante e integradora. 


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